"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Hijos y cometas - enseñar a volar

"Los hijos se convierten para los padres, según la educación que reciban, en una recompensa o en un castigo.”
Jean Antoine Petit-Senn – poeta franco-suizo (1792-1870)

Todo lo que hacemos en la formación y educación de nuestros hijos es con buenas intenciones, el amor nos guía, pensando en el mejor futuro para ellos, pero querer lo mejor no es siempre sinónimo de hacer lo correcto para obtener buenos resultados.

Sin darnos cuenta, lo que vivimos en nuestra propia infancia y juventud, los deseos que nos quedaron a mitad de camino, los proyectos que no logramos concretar, las expectativas y sueños que no se cumplieron, esperamos verlos realizados en ellos como si su vida fuera una extensión de la nuestra, y perdemos de vista que cada uno debe realizar su propio camino, tener sus propios sueños, sufrir sus propio fracasos, hacer su proceso de crecimiento sin ser un apéndice nuestro.

Nacida en Estados Unidos en 1927, Erma Louise Bombeck (Erma Fiste), fue una periodista, humorista y columnista que durante 31 años publicó más de 4.000 artículos de prensa y 15 libros. Se le atribuye a ella el relato ‘Las cometas’, donde con un sentido metafórico compara la educación de los hijos con las cometas de la historia.




“Te pasas la vida tratando de hacerlas volar. Corres con ellas hasta quedar sin aliento. Caen al suelo. Chocan con los tejados. Tú las remiendas, las consuelas, las ajustas y las enseñas. Observas cómo el viento las mece y les aseguras que un día podrán volar.
Finalmente vuelan. Necesitan más hilo y tú sueltas más y más, y sabes que muy pronto la bella criatura se desprenderá de la cuerda de salvamento que la ata y se elevara por los aires, como se espera que lo haga, libre y sola.
Y sólo entonces te das cuenta de que has hecho bien tu trabajo.” 
… …

Una tarea ardua, en la que hay que asumir riesgos. Una cometa que se pliega y se guarda en un cajón, por miedo a que se rompa, no corre el riesgo de enredarse en la rama de un árbol o en el balcón de la casa, pero nunca aprenderá a volar libremente.

Enseñar, formar, educar, dar valores y ejemplo, y luego … hay que dejarlos ir , hay que dejarlos volar, se tienen que equivocar, lo tendrán que volver a intentar, pero no podemos vivir sus vidas, debemos darlas alas para volar.

Si conseguimos sujetar nuestros miedos, y no nos excedemos en sobreprotegerlos, los hijos serán capaces de marchar, de vivir sus vidas desde el amor, la honestidad, el trabajo y la perseverancia. Serán valientes y audaces para arriesgar y realizar sus sueños, los suyos, no los nuestros. Y como ocurre con las cometas que se elevan por los aires, … entonces sabremos que ellos podrán tener una vida plena, y que nosotros, … hemos hecho bien nuestro trabajo como padres.

“Cuando yo tenía catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplí los veintiuno, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años.” 
Mark Twain; seudónimo de Samuel Langhorne Clemens - escritor, orador y humorista estadounidense (1835-1910)  
 

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