"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

domingo, 3 de enero de 2016

‘Enthousiasmus’ - Cortar piedras o construir catedrales?

Si uno no puede explicar lo que ha estado haciendo, su trabajo carecerá de valor.” 
Erwin Rudolf Josef Alexander Schrödinger - físico austriaco  (1887-1961)

Los compromisos, las responsabilidades, la rutina, la falta de oportunidades agobian y se encargan de hacernos caer en el abatimiento y la desesperanza con el convencimiento de que los esfuerzos para salir adelante son absurdos e inútiles, sintiendo que soportamos el castigo de Sísifo, el mitológico personaje, obligados a cargar la vida como una piedra pesada, cuesta arriba, en forma indefinida y por el resto de los tiempos.

Cuando estamos frente a esas situaciones a las que no vemos salida, es muy importante la actitud con la que nos plantamos, encarando las dificultades. Distraer la mente, concentrarse en el presente en forma positiva, con entusiasmo y optimismo, hará que nuestro estado de ánimo varíe, salgamos del pesimismo y veamos con otros ojos y nuevas energías la vida.

Entusiasmo según el diccionario de la Real Academia Española, proviene de la palabra latina ‘enthousiasmus’ y ésta del griego 'ἐνθουσιασμός', significa inspiración divina, fervor interior, y la fábula de los constructores y el entusiasmo es el mejor ejemplo a seguir para alcanzar esa inspiración.



En plena Edad Media un peregrino vio en París a tres obreros trabajando con grandes bloques de piedra.

-¿Qué están haciendo?, les preguntó.
-Cortando piedra, dijo uno de ellos con indiferencia.
-Ganándome unos francos, repuso secamente el segundo.
El tercero suspendió su labor por un momento y con una gran sonrisa y marcado entusiasmo respondió:
-Estoy construyendo una hermosa y espectacular catedral que va a ser la más importante de toda la región
… …

Las obligaciones conspiran para que todo nos cueste más, mientras que si tratamos de mantenernos alegres, confiados y entusiasmados –aunque nos cueste o nos parezca inexplicable-, notaremos que aumenta la energía y encontramos la motivación para seguir adelante haciendo cosas que antes nos parecían intrascendentes, innovando, encontrando nuevos caminos.

Hagamos el esfuerzo sin sentirnos víctimas, venciendo temores, hagámonos cargo de que la responsabilidad de nuestro destino es nuestra y entusiasmarnos con lo que hacemos es un estímulo que nos hace olvidar tristezas, preocupaciones, ser más creativos, tener la mente abierta a ideas nuevas para superar obstáculos. El entusiasmo nos impulsa, modifica nuestros pensamientos y si sabemos aprovecharlo lograremos enamorarnos de lo que hacemos dándole un nuevo sentido a la vida.

Comencemos cada día vistiendo una sonrisa, con el convencimiento de que la vida nos sorprenderá y repitiéndonos que "Hoy va a hacer el mejor día de nuestra vida".

imagen: Notre Dame; Reims; Francia

“El entusiasmo es la sal del alma. “ 
San Agustín de Hipona – santo, padre y doctor de la Iglesia católica (354-430)
 

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