"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

viernes, 11 de marzo de 2016

Niños y el tiempo que les damos - cantidad o calidad?

“Antes de casarme tenía seis teorías sobre el modo de educar a los niños, ahora tengo seis hijos y ninguna teoría.”
John Wilmot – poeta y escritor inglés (1647-1680)

La infancia es un tiempo acotado, finito, dura sólo unos años, y es tan importante como que durante ese período el niño absorbe del entorno y esa experiencia lo enriquecerá o lo marcará durante el resto de su vida ya que dependiendo de cuales hayan sido sus vivencias éstas posiblemente influirán en sus conductas de adulto y su forma de relacionarse, aún en edades avanzadas se ha comprobado que quienes tuvieron experiencias felices con sus padres durante la niñez manejan de mejor forma su situación  en la vejez, cuando menos eso señalan estudios especializados.

Más allá de lo técnico, ese breve espacio que la vida nos regala para disfrutar de nuestros hijos es un tiempo irrenunciable que luego recordaremos con alegría, y no es imprescindible que dediquemos muchas horas para ello, -horas de las que generalmente no disponemos-, porque el trabajo y las responsabilidades que como adultos tenemos no lo permiten.




Hay que tener claro que lo que hagamos hoy con los niños, las experiencias educativas o de recreación que les ofrezcamos serán el eje alrededor del cual se moldeará la personalidad y las conductas que redundarán en adultos sanos, y por otro lado todos sabemos que cada vez tenemos que atender más cosas y disponemos de menos tiempo por lo que habremos de –con ingenio y habilidad- encontrar ese necesario espacio para compartir.

Podremos hacerlos participar de lo que hagamos en la cocina, cuando reparamos un mueble, o acompañándolos cuando pintan o ven una película, podemos cantar, conversar, jugar o mirar fotos con ellos, eso hará la felicidad y alegría de cada momento. No es necesario que nos sintamos culpables por no salir a pasear, lo imprescindible es compartir el disfrute de una manera que logre esa necesaria unión, que cree el hábito de ‘hacer y estar juntos’, ya el transcurso de los días irá decantando los gustos y preferencias de cada uno.

Dar mucho tiempo no asegura calidad, estar presente es lo importante aunque sólo sea un ratito cada día, los fines de semana –aún restando horas al descanso- sin duda lograremos que se sientan queridos, seguros, confiados, importantes en nuestra vida, felices y nosotros nos beneficiaremos de lo mismo que les estemos dando, conociéndonos, tomando conciencia de familia, integrándonos, aprendiendo, aprovechando de la forma que podemos el mayor regalo que la vida nos proporciona.

“La sociedad verdaderamente humana es la sociedad del aprendizaje, donde los abuelos, los padres y los niños son todos estudiantes.”
Eric Hoffer – escritor y filósofo estadounidense (1902-1983)

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