"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

sábado, 9 de abril de 2016

Petra – Los acantilados rojos y la mano del hombre

“Excavar es abrir un libro escrito en el lenguaje que los siglos han hablado dentro de la tierra.”
Spyridon Marinatos – arqueólogo griego (1901-1974)

Hay lugares del mundo que a pesar de su lejanía no resultan desconocidos, algunos han sido escenario natural de películas, entre ellos destaca especialmente la ciudad de Petra en Jordania, 80 kms al sudeste del mar Muerto, reconocida como 8ª. Maravilla del mundo antiguo, patrimonio mundial de la Unesco desde 1985, cuya existencia data de los siglos III a.C. al I d.C. apareciendo en los relatos de tiempos bíblicos como capital del estratégico enclave que los Nabateos establecieron en la ruta del comercio al sur y al este de Palestina.

Las circunstancias históricas hicieron que el reino Nabateo tuviera su época de apogeo y su posterior declive que hizo que desde la Edad Media fuera completamente abandonado por lo que se le conoce como la ‘ciudad perdida’ , que fue redescubierta por occidente en el siglo XIX, por el explorador suizo JohannLudwig Burckhardt.

Ubicada en un valle rodeado de montañas altas la entrada es a través de un profundo y estrecho cañón llamado el Siq de más de 1 km. de extensión, un maravilloso recorrido entre riscos rocosos, una abertura producida como consecuencia de un terremoto que separó las placas tectónicas, se extiende entre altas paredes de más de 80 metros de altura y donde se pueden ver restos de altares dedicados a sus dioses, tumbas y relieves escultóricos tallados y horadados en la pared de caprichosos colores.

Saliendo del desfiladero y frente a la explanada, se encuentra el más magnífico espectáculo que se pueda imaginar, es el llamado El Tesoro y su imponente fachada rosada, la máxima belleza en toda su majestuosa inmensidad. Con 40 metros de alto por 28 de ancho de estilo heleno, pudo ser una tumba real  o un templo, aunque los saqueos realizados por beduinos no permiten asegurarlo con certeza, una verdadera escultura tallada en la roca reconocida como una de las 7 maravillas del mundo moderno, un impresionante monumento, no construido sino esculpido en la piedra, a cuyo interior no se permite acceder, con dos plantas, enormes columnas, diversos relieves y una planta inferior para la que aún resta mucho por excavar.

El territorio de Petra sorprende con otras obras como el Monasterio, la Tumba del Obelisco, el Teatro, el Templo de los Leones Alados, el Castillo de la Hija del Faraón, el Mausoleo de Sextius Florentinus entre otros, así como su red hidráulica formada por diques, presas, aljibes, depósitos y canales abiertos en la roca y que permitieron dominar el agua de lluvia para su abastecimiento en un terreno desértico. Riquísimo patrimonio en el que se sigue trabajando y que refleja el esplendor que el reinado y la ciudad tuvieron antes de desaparecer como consecuencia de la pérdida de territorios y la desviación del comercio árabe por la vía del Mar Rojo.

Un lugar, al que no todos podrán llegar, viajando al otro lado del mundo, pero que merece ser conocido en sus detalles, una historia, una civilización, una cultura, un mito, un hallazgo, … la magia de ver una ciudad emergiendo de la roca rojiza, las ruinas silenciadas en el tiempo, donde convergen la naturaleza y la mano del hombre cincelándola como escultura, y la entrada a un mundo irreal, en el que las sensaciones se imponen y resulta imposible poner en palabras.

imágenes: de la web
Fuente: http://www.uv.es/charco/documentos/petra.htm

"No existe arte más grande y más benéfico para el alma humana que el de cincelar su propia escultura."
Carlos Bernardo González Pecotche - educador y humanista argentino (1901-1963)

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