"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

sábado, 2 de julio de 2016

Vivir la lluvia - empapándonos o resguardados?, ... porque cada momento tiene su sabor

"La lluvia es el llanto del cielo: en sus ojos de enamorado con la tierra, concluye como la cólera del hombre con su amada: con lágrimas copiosas."
Eugenio María de Hostos - intelectual, educador, filósofo, sociólogo y escritor puertorriqueño (1839-1903)

El clima influye en la emociones, en el estado de ánimo y dependiendo de cómo estemos de salud, las circunstancias que estemos atravesando y nuestra propia forma de ser y sentir, condicionará como viviremos los diferentes eventos, el frío intenso, el fuerte calor o la lluvia.

Ante una misma situación variarán nuestras percepciones y lo que en alguna oportunidad nos invita a reír y bailar en otras ocasiones nos hará sentir tristeza o simplemente querer detenernos a pensar. Sólo nosotros sabremos lo que en cada ocasión nos resulte mejor.


Tal el pensamiento de Osho que señala “Sigue en tu camino, continúa danzando en tu camino. Recuerda sólo una cosa: lo que sientas que está bien, está bien, lo que sientas que es hermoso, es hermoso y lo que sea que te haga feliz, alegre, contento, es verdad. Permite que este sea tu propio criterio. No te molestes por las opiniones de los demás.  Permite que éste sea tu propio punto de referencia. Lo que sea que te haga feliz tiene que ser verdad.

La lluvia es uno de esos sucesos que unas veces nos invita a sentir su frescura, que nos hace sentir felices como cuando siendo niños chapoteábamos bajo ella, que alivia y nos trae ese bendito olor a tierra húmeda y recuerdos queridos que guardamos en la memoria, y otras sin embargo nos pide disfrutar de sentirnos resguardados, tranquilos, relajados.

Caminar bajo la lluvia, empapándonos, puede ayudar a sentir que nos deshacemos de los problemas que llevamos sobre la espalda, o puede alegrar nuestro día recordando que nuestro niño interior aún está vivo, pero también escuchar el sonido del agua cuando llueve, puede entristecernos y estar abrigados en nuestra casa será lo que necesitemos y un excelente espacio para reflexionar encontrando respuestas a interrogantes o dudas que aún no hemos sabido resolver.

Disfrutemos el momento eso es lo importante, bailando bajo la lluvia, abriendo las ventanas o resguardados de ella permitiéndonos el instante de nostalgia o melancolía, lo que sea que nos haga felices será lo adecuado, será verdad, … nuestra verdad, … para ese momento.


“Debería haber una esencia llamada "lágrimas de lluvia". La lluvia huele a recuerdos, a buena esperanza, a té caliente bajo el edredón. Probablemente huele diferente para cada uno. Alguien me podría decir que huele a cine, a ciclamen y melancolía. O tal vez a cenizas, a galletas caseras y a manos que se entrelazan.”
Nadia Chauhan – empresaria, director de marketing hindú contemporánea


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