"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

martes, 8 de noviembre de 2016

Ánimo y motivación - diferentes y complementarios

“Nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar y no de vida y de costumbres.”
Francisco de Quevedo – escritor español (1580-1645)

Generalmente cuando vemos a alguien desanimado tratamos de sacarlo de esa situación buscando hacerle entender que ha de valorar y disfrutar lo que tiene en lugar de sentirse mal por lo que no ha conseguido. Tambien lo hacemos en muchas oportunidades con nosotros mismos, lo leemos en libros de autoayuda,  es lo que nos transmiten en grupos de coaching y de tanto escuchar lo hacemos convencidos que es la mejor manera de encontrar salidas a las dificultades que nos estancan.

Sin embargo no es igual estar animado que tener motivos, por mejor animados que estemos, si no buscamos aquello que ponga en marcha el motor que nos movilice, si no nos fijamos meta y motivos para alcanzarlas, quedándonos sólo en un buen ánimo a ningún puerto arribaremos y pasado un tiempo volveremos a caer en ese desánimo que inicialmente sentimos al no ver cambios que valgan la pena en nuestra vida, porque cambiar el ánimo varía nuestras emociones pero sin motivos no cambiará nuestro comportamiento.

Esperar que nos sucedan sólo cosas buenas es utópico, no siempre las cosas rodaran como esperamos, no siempre escucharemos las respuestas deseadas, los contratiempos, la ausencia de argumentos válidos, las injusticias, estarán presentes en la vida, tenemos que aprender a manejar cada situación sin frustrarnos, cada acontecimiento tiene un porqué y el transcurrir del  tiempo, nos dará los motivos por los que fue necesario que así sucediera, y aún lo malo siempre habrá sido aprendizaje y crecimiento.

Tal vez como en el relato del burro que había caído al pozo, luego de muchas horas de lamentaciones y ante cada palada de tierra que recibía tratando de enterrarlo logró salir caminando sobre esa misma tierra acumulada, la reflexión que podemos hacer es que si bien no está en nosotros controlar todo lo que nos sucede, si podemos tratar, - frente a lo bueno o malo que se nos presente-, de rescatar lo positivo y minimizar lo malo, teniendo claro que el buen ánimo y la búsqueda de motivos, ambos complementándose nos permitirán tener una vida más plena y satisfactoria.

“Rendirse ante la adversidad es mostrarse de su parte.”
Diego de Saavedra Fajardo – escritor y diplomático español (1584-1648) 

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